El convento de Sant Bartomeu de Bellpuig es una muestra excepcional de transición del gótico al renacimiento, erigido en el año 1507.
Una de las mejores obras renacentistas en Cataluña es el mausoleo de su fundador, Ramon Folch III de Cardona-Anglesola. Obra del napolitano Merliano da Nola, fue construido con mármol blanco de Carrara y transportado a piezas hasta el convento. Hoy día, sin embargo, no lo veréis dentro del convento; tenéis que ir hasta la iglesia parroquial de Bellpuig.